El gusano blanco de Maguey o “MEOCUILES” es una de nuestras delicias prehispánicas y un alimento muy preciado tanto por su delicioso sabor como por su valor nutrimental.
Son unas pequeñas larvas blancas, esponjosas y regordetas de sabor. Los gusanos blancos son toda una delicatessen bastante más complicada de conseguir que el chinicuil. Esta variedad es más larga: mide de 5 a 8 centímetros en crudo. También se puede distinguir por su color blanco y ser mucho más grueso que los chinicuiles.
Para los dueños de las siembras de Maguey estos podrían ser un peligro para sus plantas, pero… nuestros campesinos hacen de ese “problemita” una principal fuente de ingresos para sus familias.
Los huevos del gusano blanco eclosionan y van introduciéndose en los tejidos de la penca del maguey, en la base o en la propia piña escavando un túnel para facilitar la salida de la polilla. Al ser muchos los túneles hechos por las larvas, la planta se debilita perdiendo grandes porcentajes de azúcar, llegando inclusive a morir.
La época de recolección del gusano blanco es de Mayo a Julio. Para su recolección los campesinos observan aquellas plantas con síntomas de marchitamiento en sus pencas o cierto color cenizo en la misma. Se hacen cortes en las pencas con un machete o con una navaja para así ubicar al gusano blanco, una vez encontrado se extrae con un pequeño gancho y se deposita en un recipiente.
Los gusanos blancos tienen un sabor tan delicado y especial que sólo se fríen en manteca o aceite, se meten a un taco con guacamole y no se necesita nada más.
Otra opción es saltearlos con hierbas de olor y colocarlos en su debido taco. La única condición es sazonarlos con algo que deje relucir su sabor (te recomendamos ajo, cebolla, epazote u hoja santa).
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